terça-feira, junho 29
¡La Consciencia trasciende el cuerpo!
La gente queda esperando aquel libro que vendrá con aquella palabra clave que yo voy a entender en totalidad, mas no tiene nada que entender en totalidad. ¿Cuántos libros usted ya compró y ya tiró en el estante de su casa? Y usted los lee sin comprenderlos, porque no tienen palabras que puedan trasmitir eso directamente. Ellas pueden a penas apuntar. Lo que cuenta es su capacidad de “entender” lo simple, y de nuevo, no es entender. Es su naturaleza no hay necesidad de hacer nada, es saber cosas básicas.
Es de la naturaleza de la mente dudar, dudar que yo pueda saber, dudar que pueda ser tan simple. Dé la bienvenida a las dudas, ¡dude! Mire en la dirección cierta y vea que la duda es irrelevante. Tiene libros que dicen que sucedió esto, que sucedió aquello. Sucedió esto y aquello y aquel otro para aquella persona, para aquel cuerpo-mente, para aquel mecanismo. Quien sabe para usted es diferente. Una cosa trasciende esas diferencias periféricas, ¿Qué es?
Nosotros, normalmente, visitamos el mundo a través de lo que la gente piensa de él. Nosotros vemos las cosas siempre con un filtro. La gente da nombres a todo: árboles, animales… Tienen una cosa, de tal manera, que no tiene nombre, y si usted ve esa cosa, usted no la reconoce, porque ella no es reconocible. Y esa cosa, definitivamente, no es parte de su experiencia pretérita. Ella es una cosa siempre nueva porque ella vive en el aquí y ahora y en el aquí y ahora es donde ella habita.
¡La Consciencia trasciende el cuerpo!
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