Usted piensa que piensa, porque piensa que es aquel que piensa, pero USTED no piensa. Entonces convide a sus pensamientos a quedarse.
¿Por qué usted pelea con sus pensamientos?
Ellos no son suyos, ellos son sólo pensamientos, como los sonidos de los autos que pasan,
como los sonidos de las voces... Y todo eso es periférico a usted.
Imagínese que para que usted pudiera encontrar la paz,
necesitara que todos los autos pararan, que todas las voces se callaran,
que todas las lluvias no llovieran, que todos los días calurosos no fueran días calurosos,
que todos los días fríos no fueran fríos,
y que los dolores de estómago no fueran dolores de estómago...
Así, usted tendría una posibilidad ínfima de realizar su paz interior.
Yo creo que pensando así, usted está en el camino equivocado,
todavía está mirando para fuera.
Probablemente, usted intentó parar los pensamientos.
Ya intentó parar los autos y ya pensó tener una casa en una colina para encontrar la paz.
Sin embargo, cuando usted fue para allá, no había paz, tampoco.
Si había, era temporalmente. Entonces, hay algo que está equivocado en esa búsqueda.
Todavía me arriesgaría a decir que es la misma búsqueda la que está equivocada.
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